Esta isla perteneciente al territorio de las Canarias, y que cuenta con más de doscientos kilómetros de longitud, se ha destacado desde siempre por sus exuberantes playas y vegetación, y por el radiante sol que suele calentar sus aguas durante casi todo el año.
En este sentido, se trata además de uno de los destinos preferidos de los amantes del windsurf y el submarinismo, que colman sus lujosos establecimientos hoteleros durante todo el año.
Con acantilados y pequeñas calas que acompañan a las más de 150 playas declaradas, este paraje con sus aguas poco profundas y cristalinas por demás, se hace también ideal para el desarrollo de deportes acuáticos, como la vela, el esquí y la pesca, entre otros.
Pero como mencionamos anteriormente, el windsurf destaca en este aspecto, al haberse instalado como uno de los circuitos de la Copa del Mundo de la disciplina.
Para el desarrollo de esta actividad, existen incluso playas exclusivas, dentro de las cuales destacan las denominadas “Corralejo”, “Cotillo”, “Jandía”, “Caleta de Fuste” y “Cofete”.
El buceo ha acaparado también en los últimos años la posibilidad de encontrar allí un espacio adecuado para su práctica, siendo una de las propuestas que mayor aceptación presenta, tal vez junto a la caminata de senderos, como en los casos de Montaña Tindaya o el Parque Rural de Betancuria, el espacio natural más extenso de la región.
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