miércoles, 15 de junio de 2011



Si estás buscando alguna manera de conocer quien ha dejado de seguirte en Twitter, el día de hoy quiero hablarte de una herramienta online con la que podrás conocer quien te deja de seguir en Twitter, esto para que tengas una idea de la cantidad de seguidores que has perdido.

Who Unfollowed Me es una aplicación que nos permite descubrir quien nos deja de seguir en Twitter, sin la necesidad de tener que revisar uno por un en tu lista de seguidores, para esto debes ingresar al sitio y hacer clic en “Sign in with Twitter“, esto permitirá que el sitio tenga acceso a nuestro Twitter y pueda sincronizarse con la lista de seguidores, luego de esto tendrás acceso a un panel de control y una serie de opciones que nos permitirán conocer quien te dejo de seguir en Twitter.

Enlace: Who Unfollowed Me?.



Descubre quien te deja de seguir en Twitter Este articulo es una copia de este: Descubre quien te deja de seguir en Twitter

martes, 14 de junio de 2011

El sistema operativo de Microsoft es el más usado en todo el mundo, una posición privilegiada por la cual puedes levantar diferentes pasiones entre los usuarios que lo usan, e incluso de quienes no lo usan. Ahora la empresa de Redmond se encuentra en pleno desarrollo de la siguiente versión de este sistema operativo, el conocido como Windows 8 que parece tener muchas novedades, pero que a estas altura de la película puede resultar complicado decir si el camino que han escogido es el correcto.

Las ideas que se conocen parecen buenas, ahora queda por ver si en conjunto lo siguen siendo y sobre todo, si tiene una puesta en marcha correcta. Lo que parece es que Microsoft podrían estar a punto de hacer la mayor evolución en su sistema operativo jamás realizada, de hecho ellos mismos afirman que es el mayor cambio de diseño desde Windows 95, por lo tanto no estamos hablando de una simple evolución, como puede ser pasar del muchas veces errático Windows Vista a Windows 7.

Esto es algo que además es indicado por los cambios que está planteando Microsoft, como son las pruebas de la inclusión de Metro UI en la interfaz del sistema operativo, la integración de Xbox Live en este o la compatibilidad de aplicaciones diseñadas para versiones anteriores. Esta última está siendo una de las grandes preocupaciones de los desarrolladores. Windows 8 parece tener un corazón nuevo y este funcionará muy bien con HTML5 y Javascript, dejando un poco de lado otros lenguajes como Visual Basic, .NET, Win32 o WinForms hasta el punto que los desarrolladores les acusan de abandonarlos.

Microsoft ya ha dicho que las aplicaciones antiguas serán soportadas —en la PC, en la plataforma ARM es otra historia— sin embargo la preocupación proviene por el lanzamiento de nuevas API pudiendo dejar a las anteriores obsoletas obligando a sus desarrolladores a actualizar las aplicaciones para que estas no se queden atrás.

El descontento por parte de los desarrolladores es comprensible, pero lo es tanto como la intención que puede tener Microsoft en realizar una innovación de su sistema operativo, o mejor dicho, una revolución. Esta puede llegar a ser necesaria tanto de cara a los desarrollos como de cara a los usuarios.

Vengo usando sistemas operativos de Microsoft desde Windows 95 y actualmente soy habitual usuario de Windows 7, el cual sin lugar a dudas me parece el mejor sistema operativo que han hecho hasta la fecha. Sin embargo, con evoluciones incluidas, no dejo de tener siempre una sensación de ser un poco más de lo mismo y que en ocasiones no se trata de un sistema operativo plenamente satisfactorio, como pueden ser otras alternativas que hay actualmente en el mercado.

Los cambios en la interfaz del sistema operativo son una parte muy importantes para hacer más atractivo el uso de este, pero tiene que haber algo más que un simple rediseño de este. La comodidad y la usabilidad considero que son algo fundamental para tener una buena experiencia de usuario y cada día es más importante ofrecer valor añadido, aumentando la capacidad de herramientas útiles del sistema operativo, conexión con la nube o integración con redes sociales entre otras cosas.

Por todo ello y viendo lo que se ha visto hasta ahora de Windows 8 espero que en Microsoft estén preparando una revolución en menor o mayor medida que ofrezca a los usuarios algo más de lo que ha hecho hasta ahora, ya que sino en Redmond se enfrentan a que en un futuro pueda pasar lo mismo que les ha pasado en el sector de los navegadores.

Imagen: Softpedia

Windows 8, ¿revolución para no quedarse atrás?

jueves, 9 de junio de 2011




Muchas veces necesitamos comunicarnos con alguien vía videoconferencia y no tenemos los medios para hacerlo, ya sea porque los programas que comúnmente utilizamos no están conectando o simplemente porque la otra persona no los tiene instalados, pero para esto, hoy quiero hablarles de una alternativa bastante interesante llamada ooVoo.

ooVoo es una aplicación gratuita con la que puedes realizar videoconferencias en masa con hasta seis personas a la vez, además de esto con una excelente calidad de imagen y sonido. Esta aplicación esta orientada a la comunicación multimedia, ya que nos permite ademas de mantener las videoconferencias, podemos enviar archivos de audio, mensajes de texto e incluso intercambiar archivos, una de las ventajas que tiene el sitio es que tus amigos no necesitan tener instalado el programa para poder participar de las videoconferencias.

Enlace: ooVoo.

ooVoo: Videoconferencias grupales

lunes, 6 de junio de 2011



En un verano en que todas las miradas están postradas sobre las películas previas a The Avengers —la ya estrenada Thor y la venidera Captain America: First Avenger— llegó X-Men: First Class a las salas con menos cartel, menos alharaca publicitaria y menos expectativas. Quizá, al final, ése es su gran virtud: no haber hecho demasiado ruido. El resultado es un filme que se erige como el caballo negro de Marvel para este verano, una cinta disfrutable con un guión sólido pero muchos pecados técnicos.

Los más elogiable, sin duda, es su diseño de personajes principales. El que se lleva la película es Michael Fassbender, con una excelente interpretación de Eric Lehnsherr (Magneto). Su presencia en pantalla es imponente, sensacional. A Fassbender le ha caído bien su trabajo previo en Inglorious Basterds para delinear a un antihéroe de personalidad magnética —valga el juego de palabras— que cautiva por su poder en la pantalla. Michael nos entrega un protagonista motivado por el dolor, la pena, la rabia, un villano que, lejos de cegarse por el poder, ve su misión final como una responsabilidad histórica.

De otro lado, James McAvoy nos entrega un Charles Xavier humano, imperfecto pero carismático. Al igual que en el cómic, nos delinean a un personaje con tantas partes de sabiduría como de soberbia, como si el liderazgo no pudiera despegarse nunca de cierto dejo de megalomanía. Es manipulador, pero siempre ejerciendo este poder para hacer lo correcto. O mejor dicho, para hacer lo que él cree que es correcto.

Aunque McAvoy y Fassbender funcionan muy bien como personajes individuales, el verdadero éxito está en la combinación. Juntos —como complemento, como colega, como pares— logran mantener el filme a flote sin ningún problema. A pesar de sus orígenes dispares, su amistad se forja por una visión común: los mutantes son el siguiente paso. Su relación fraternal es conmovedora, no porque nos haga soltar la lágrima fácil, sino porque nos remueve las entrañas en los momentos álgidos del filme.

De ahí en fuera, el filme se sostiene por tener uno de los guiones más sólidos que he visto en adaptación al cómic. La historia hace bien en sacrificar mucha de la acción por el suspenso, por la historia de espías, por el trasfondo político. Y hace bien, porque nos da un aire diferente, una sensación de tensión ligera que contribuye a la atmósfera. Mención aparte merece la caracterización de la época —ubicada en los años sesenta, en la crisis de los misiles en Cuba—, muy bien lograda por el departamento de arte.

Tampoco hay que perder de vista el arco narrativo entre Beast y Mystique, repleto de alegorías y metáforas sobre la autoaceptación, el peso de la sociedad, la discriminación y otros tópicos habituales. También ha sido un acierto incluir algo de romance en el filme, sin que éste se convierta en el hilo conductor. El trama es muy inteligente para saber embonar estas situaciones sin que ninguna nos distraiga del punto central. En ese sentido, hay que reconocerle a Bryan Singer y a Sheldon Turner por escribir una historia tan atractiva.

Pero también tiene algunos puntos flacos. En la parte de la actuación, a mí me quedan a deber los villanos. Sebastian Shaw, a pesar de ser interpretado por Kevin Bacon, no logra superar esa impresión de estar viendo al mismo villano anárquico arquetípico. Aún así, es su relación con Fassbender la que lo ayuda a despegar, a dar sus mejores momentos. Salvo por el inicio, Shaw está lejos de ser el antagonista de peso. Lo mismo me pasa con Emma Frost, un personaje que es tratado con demasiada simpleza, como una simple femme fatale de grandes senos y poco cerebro. Un desperdicio. A mi parecer, es la adaptación que sale peor librada en todo el filme.

El gran traspié de X-Men: First Class está en los efectos especiales. Sí, una cinta no debe juzgarse sólo por este rubro, pero en el género de superhéroes es imperdonable que ni siquiera las pantallas azules estén bien realizadas. ¡Es básico! El pésimo uso de efectos me quita méritos y ensucia el trabajo colectivo. Ocurre algo similar con la edición, que si bien imita el estilo de la época (¡bien por ese detalle!), a momentos se siente irregular. El problema es que se trata de una película hecha al vapor, por lo que post-producción tuvo que sacar lo más con lo menos. Si le hubieran retrasado el estreno unos meses (¿diciembre, quizá?), entonces estaríamos ante una cinta cuya parte técnica sería digna de sus otras cualidades.

¿En síntesis? Véanla. X-Men: First Class es una agradable sorpresa en cartelera, que sin altas expectativas, consigue saciar nuestro gusto cinéfilo. Representa, además, un filme que apela a la profundidad de las relaciones humanas, a la complejidad de lo fraternal. Dicha mirada se agradece, sobre todo para inyectarle nueva vida a una franquicia que había perdido mucho con su última entrega. Mutant and proud, señores.


“X-Men: First Class”, el caballo negro de Marvel

 
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